viernes, 19 de febrero de 2010

Flor del limonero

Todos somos débiles. Venimos, perdidos,
entre las hojas.
De las plantas, caídas después de la lluvia
se levantó con un salto la flor del limonero
como un agua especiada.
Al mostrarse en el día
contiene el olor del fruto de manera más calma
como en las calles empedradas de Sorrento.

Es febrero, aunque el sol está cubierto y hace frío.

Yo quedé meditando,
con las manos aparté algunas abrazando sus rodillas
aguantaba las espinas verdes y la fuerza al cortarlas.

Las guardé como un tesoro de impermanencia
en agua que de especiada empieza a pudrirse
si bien las coronas están intactas
blanco, amarillo, verde, musgo, conviven
suspendidas flotan como un adorno
de vana contemplación.

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