En cuanto a mí, casi se deslizan mis pies
los frenaron hojas de jacarandá
aunque el viento ciertamente
buscó tenderme con su mano izquierda.
Meditaré en todas tus obras
porque tú abriste la fuente y el río
hasta la hondura
vibra tu palabra en mí
y te encuentro, a pesar del miedo, en todas las cosas.
Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra
te alabaré entre los pueblos
con mi voz clamaré tu nombre
en silencio
cada vez que te necesite cerca.