Después atardece
plumeros rojos a la izquierda como una puerta del árbol-enredadera
me dio pena saber que esa forma de hojas
mata al tronco
y en el otoño cuando cae lo que cubre
tal vez no quede más que una rama flaca masticada.
El aire es de jazmín de leche
florece la palmera
yo crezco también de golpe
no puedo dejar de sentir lo más hondo del tallo
pregunto por el alma
de la madera y de mí.
Nosotros, como aquel palo borracho de mi casa de Olivos
grueso, armado de espinas
un día ya no estaba
y todo ese espacio que cubría
es un nódulo de tiempo incierto
árbol
vacío
tierra nueva.
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